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Faro de Ahorcados

Faro de Ahorcados

Guardián entre Ibiza y Formentera

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El Faro de Ahorcados, conocido en ibicenco como Faro des Penjats, destaca por su singular ubicación y su historia marcada por naufragios, leyendas y la valentía de sus torreros. Este faro, situado en el extremo sur del islote des Penjats, forma una parte crucial en el trayecto marítimo entre las islas de Ibiza y Formentera, en el archipiélago de las Islas Baleares, España. La isla, situada en el paso de es Freus, ha sido testigo de numerosos naufragios a lo largo de su historia, ganándose una reputación un tanto maldita, no solo por su ominoso nombre que significa ‘ahorcados’ sino también por las historias de aquellos condenados que fueron ejecutados allí desde la Edad Media.

La necesidad de construir el faro más antiguo de las Pitiusas surgió de su estratégica posición geográfica, esencial para marcar la ruta directa hacia la península. La Dirección General de Ingenieros del Ejército, en 1853, destacó la importancia de erigir un faro de sexto orden en la isla, facilitando así la navegación por es Freus para las grandes embarcaciones. Bajo la dirección de los ingenieros Miguel Herrero y Emili Pou, la construcción comenzó el 15 de marzo de 1854 y finalizó el 31 de julio de 1855, enfrentando desafíos significativos debido a la ubicación remota del islote.

Inicialmente, el faro contaba con una torre de 22,7 metros de altura. Sin embargo, pronto se evidenció que esta altura era insuficiente para una visibilidad óptima en el peligroso paso entre Ibiza y Formentera. Como resultado, la torre fue elevada a 27,14 metros sobre el nivel del mar, y se mejoró la iluminación para asegurar su visibilidad hasta las 15 millas.

A lo largo de los años, el faro des Penjats ha sido escenario de heroísmo y tragedia. Un ejemplo notable fue el sacrificio de dos fareros en 1881, quienes perdieron la vida intentando rescatar a la tripulación del vapor Flaminian, que había naufragado cerca de la isla. Este trágico evento subraya la peligrosa naturaleza de las aguas que rodean el faro y el valor de aquellos encargados de su mantenimiento.

En 1929, el faro experimentó una importante modernización con la automatización de su sistema de iluminación, lo que marcó el fin de la era de los torreros que vivían en las instalaciones. Desde entonces, el faro ha sido manejado de forma remota, lo que refleja los avances tecnológicos en el ámbito de la señalización marítima.

El Faro de Ahorcados no solo es un punto de referencia esencial para la navegación en la región sino que también encarna la historia marítima de las Islas Baleares. Su presencia, visible en el trayecto en ferry desde Valencia o entre Ibiza y Formentera, continúa siendo un testimonio de la importancia de los faros en la seguridad marítima y el patrimonio cultural de la región. La página web www.farsdebalears.com ofrece más información sobre este y otros faros, destacando su valor histórico y funcional en las aguas balearicas.

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